'Punk Rock' de La Joven Compañía

Hace tiempo que no escribo un post y eso no significa que haya estado aislado estos meses de atrás. He visto muchas películas, leído libros y aplaudido al terminar las funciones, pero no quería venir aquí y soltar cuatro frases para llenar espacio. Porque últimamente parece que es lo único que se hace: hablar por hablar, escribir por escribir, criticar por criticar.

Pues bien, la racha del falso silencio ha terminado. Hoy vengo a presentaros a La Joven Compañía, si es que no los conocéis ya, y su perfecto Punk Rock.

Siete jóvenes preparando sus exámenes de selectividad. Un tema sencillo en apariencia que desemboca en la mayor tormenta de ideas y sentimientos que el teatro contemporáneo ha mostrado en los escenarios. El británico Simon Stephens se vale de personajes comunes, esos chicos y chicas que reconocerías en los pasillos de tu instituto, para agarrarte las entrañas y darles vueltas hasta que no puedas respirar. Has vuelto a tu adolescencia, has reconocido a tu compañero de mesa y te has hundido al darte cuenta de que no hiciste nada ante los problemas porque lo fácil era normalizarlo, convertirlo en anécdotas que se olvidaban con el último timbre de la mañana.

¿De qué sirve todo esto si no se consigue transmitir en escena? Pues no lo podemos saber porque los actores de Punk Rock te introducen sin problema en su "búnker" personal. Miedo, ansiedad, amor descontrolado, pasión... sentimientos extremos que podrían destrozar al más valiente y que aquí han sabido controlar sin caer en el automatismo. Víctor de la Fuente tiene la suerte de liderar este reparto con el papel de William, una maravillosa locura. De su mano viene Lilly, interpretado por la perfecta María Romero. Odioso y enérgico Bennett que Samy Khalil mantiene con una potencia asombrosa que se apoya en su gran partenaire Alejandro Chaparro en el papel de Nicholas. La angustia y excesos de Cissy, mantenidos a raya por la enorme Carolina Yuste. Inocencia y amor, sin caer en infantilismos, de Helena Mocejón que se funde con Tanya. Todo completado con la contención y sufrimiento de un Álvaro Quintana que te deja sin aliento con el discurso de Chadwick. ¿Me he excedido con los adjetivos? Comprobadlo y lo discutimos.

A este elenco se une un octavo componente de mayor edad, cuyo personaje prefiero no decir para evitar los spoilers, y que será interpretado por Eugenio Villota, Ariadna Gil y Chani Martín, indistintamente. Un trabajo increíble dirigido por José Luis Arellano, el hombre que apostó por los jóvenes y acertó, un auténtico valiente en un terreno dominado por lo fácil y efectista. A él le acompañan otros grandes nombres de la escena como son Juan Gómez-Cornejo, Mariano Marín, Silvia de Marta, Álvaro Luna... que complementan su trabajo con la sinergia de sus ayudantes, un equipo donde la edad no supera los 25 años y que demuestra que el relevo está en buenas manos. Así se ha conseguido una escenografía hiperrealista que se potencia al máximo con la videoescena. Un diseño en conjunto que pierde con las palabras y que merece vivirse en primera persona.

Opinión personal: creo que esta obra no merece una opinión personal, necesita una reflexión colectiva. La Joven Compañía llegó para ocupar un espacio vacío y lo han hecho dando un puñetazo en la mesa y una patada al portón del teatro. Los jóvenes tienen voz y quieren ser escuchados, están cansados de las obras edulcoradas de siempre que se olvidan tras cualquier capítulo de una serie americana. Contra esto lucha La Joven Compañía y así se lo ha reconocido 'El ojo crítico' de RNE con su galardón de Teatro 2014 y estoy seguro de que algún premio más caerá en esta temporada. Y si no lo hace, es que alguien tiene miedo a que le destierren de su acomodado asiento. Mientras tanto, id a verles a Conde Duque porque seréis vosotros los que saldréis con un premio de la sala.

Luisa Casati, en corto

Luisa Casati. Quizá este nombre no os diga nada, pero ella fue una de las responsables de hacer brillar la Belle Époque.

Mecenas, diva, mito. Una mujer que apostó por la imagen como recuerdo eterno. Los mejores diseñadores vestían su cuerpo para ser inmortalizado en un lienzo por los grandes pintores de la época. Boldini, Ray, Epstein, Fortuny... todos se rendían a los pies de esta rompedora de moldes y cánones en una sociedad aséptica.

Pero no vengo a hablar sobre la vida de esta interesante mujer, esta vez os quiero dejar con ganas de más para que estéis atentos al nuevo cortometraje de Jon Ander Tomás, Casta Diva. Un proyecto que se apoya en la historia de la Marquesa Casati para hablar de la configuración de la identidad a través de la imagen. Mucho más fondo que en un biopic al uso.

A pesar de estar hablando de una mujer que puso todo su empeño en ser el centro de todas las conversaciones, Jon Ander prefiere ser más discreto y su nuevo trabajo todavía esconde muchos secretos. ¿Quién será la actriz encargada de dar vida a la diva italiana? Ya lo sabemos, es Ángela Molina. ¿Cuáles serán sus acompañantes en el recorrido por su vida? Todavía no lo sabemos. Lo que sí conocemos es que pasearán los diseños elegidos por Sonia Capilla a través de los espacios del Casino de Madrid. Además, el joven director repetirá con José Luis Bernal, director de fotografía de Sonata.

Casta Diva se encuentra en sus primeras fases, pero puedo asegurar que será un corto digno de los mejores festivales y premios porque Jon Ander trabaja con bisturí de cirujano en su técnica y no es un desconocido del arte. Un trabajo ambicioso que deberá verse recompensado. Iremos hablando más cuando se levante el secreto de sumario, pero hasta entonces podéis visitar su página web y empezar a tener necesidad de Luisa Casati.

Entrevista a La Joven Compañía por 'El señor de las moscas'

Ser joven no es sinónimo de ser inexperto o inculto. Cada uno es libre de elegir su futuro y puede apostar por el salvajismo o la cordura, aunque en algunos casos el punto intermedio es el auténtico acierto. La Joven Compañía sabe jugar sus cartas y apuesta por El señor de las moscas del premio nobel William Golding. Una obra donde la juventud y la madurez se mezclan y revuelven con el odio y la locura absoluta.

Hablamos con los componentes más "tranquilos" de la compañía y responden con tanto humor como sentido común.

Después de tanto tiempo representando El señor de las moscas, debéis ser unos expertos en islas desiertas. ¿Qué tres cosas os llevaríais?
Raúl Pulido: Yo creo que mucha comida, libros porque necesito entretenimiento y gente, amigos para no estar solo.
Jesús Lavi: La gente no son cosas...
Víctor de la Fuente: Hay algunos que sí, como tú (risas). Yo me llevaría amigos porque si no creo que te puedes volver loco. Comida, obviamente, el agua cuando llueva. Y... un calzado para no destrozarme los pies.
J.L: Comida...
V.F: ¡Un arco para cazar, claro!
J.L: No, no, no, a mí no me gusta cazar. Yo me llevo comida. Gente... y ya que vas a una isla, una toalla para secarte (risas). Porque te bañas 'en bolas', pero hay que ser un poco higiénico...
Alejandro Villazán: Un libro, el más gordo por si estoy mucho tiempo, algo para escuchar música y comida, fruta, mucha fruta.
V.F: ¡UN MECHERO! ¡LO CAMBIO POR LA GENTE! (Risas)
J.L: Cambio mechero por toalla (más risas).
A.V: Yo cambio la fruta por una chica para que la especie no se extinga.
V.F: Pero te vas tú solo a la isla desierta, los demás seguimos en nuestras casas (risas). Y esta era la primera pregunta, la fácil...

Los Simpson también se atrevieron a adaptar El señor de las moscas, ¿qué tiene La Joven Compañía que no tengan Bart y Lisa?
Los Simpson - Das Bus
J.L: Gente de verdad.
V.F: Ellos lo enfocan de una manera más cómica, en su línea, y nosotros intentamos que el público se lleve la sensación que quería transmitir Golding con la novela, la de saber lo que tenemos dentro y hasta dónde podemos llegar, y que se vaya cada uno con su reflexión. Los Simpson me fascinan, pero nosotros vamos a por la finalidad que buscaba el autor.
A.V: La diferencia más obvia es que nosotros estamos en un teatro y es una sensación más satisfactoria.
R.P: Nosotros lo hacemos para el público, para un público de nuestra generación.

Público de vuestra generación, pero el texto cumple 60 años en septiembre. ¿Creéis que se mantiene fresco el espíritu de la novela?
R.P: La novela es una analogía de la Segunda Guerra Mundial y, como se suele decir, la historia es cíclica y se repite. Yo creo que las guerras, las dictaduras, los abusos de poder, la violencia del ser humano están de actualidad, lo podemos ver con el conflicto en la Franja de Gaza, por ejemplo. El tema del mal en el ser humano está presente y podemos cuestionarnos si existe el mal como algo natural en los hombres. Hace poco salió un estudio de la fundación Bill Gates con las especies más letales para el ser humano y la primera era el mosquito, seguida por el propio ser humano. Es interesante porque el mosquito no mata directamente, transmite la enfermedad, pero el hombre sí lo hace con intención.

(Llega María Romero de ensayar) No te vas a librar, ¿qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?
María Romero: ¡Hala! (Risas) Me llevaría... ¿vale un teléfono? Pero no funciona... ¡UNA RADIO, UNA RADIO! Para buscar ayuda si me apetece. Me llevaría... (le hacen gestos para que diga un mechero) ¡UN MECHERO! (Risas) Y un tío (risas).
V.F: Os podéis ir juntos Villazán y tú (risas).
Alejandro Villazán, Raúl Pulido, Víctor de la Fuente, María Romero y Jesús Lavi

Decíamos que el hombre es la segunda especie más letal para el hombre. ¿Os gusta ser malvados, ser salvajes?
V.F: Precisamente aquí no hay ninguno de los malos, malos de la obra (risas). Lo que veo en El señor de las moscas no es que simplemente pierdan las normas, sino que pierden parte de humanidad. Cuando pierdes el apreciar la vida de otro que es igual que tú, en ese momento te has vuelto de un salvaje que no me gusta. Ser libre y estar menos encorsetado en la sociedad sí me gusta, que no sea todo como marcan los de arriba, pero manteniendo el interior.
A.V: Yo creo que la maldad es algo que es innato del ser humano, luego aflora en mayor o menor medida y se puede disfrutar de esa maldad cuando haces algo conscientemente. Así que sí, se disfruta siendo malo, pero con un grado de precaución, claro.

Si es algo innato, ¿un recién nacido lleva el mal dentro?
A.V: Creo que va unido a la razón, cuando tienes razonamiento como individuo.
V.F: Leí un artículo que decía que el ser humano puede ser violento porque tiene capacidad creativa; los animales somos agresivos por supervivencia o protección, pero el hombre aprende cómo hacer daño. Un bebé no es malo al nacer, aprende con el tiempo que si pega puede hacer daño y es en ese momento cuando es malo si lo usa con ese fin.

Nos estamos poniendo muy filosóficos y todavía no hemos comido, así que vamos a cambiar un poco. Habéis hecho clásicos y teatro contemporáneo, ¿qué obra os gustaría hacer ahora?
V.F: Comedia, queremos hacer una comedia.
R.P: Sí, nos falta un Shakespeare y una comedia. Me apetece mucho una comedia.
M.R: La compañía trabaja con lo que llamamos el consejo de sabios, un grupo de docentes que junto con el equipo directivo seleccionan obras muy variadas para los jóvenes. Por eso podemos ir desde Fuenteovejuna a El señor de las moscas.

Volviendo a la obra, ¿hubiese sido diferente con mujeres en la isla?
J.L: Sí. Esto lo hemos hablado muchas veces y en la obra destaca mucho la testosterona masculina que te lleva a lo salvaje, a ver quién es el más macho.
M.R: Y si en la historia introduces a una chica, estaría el problema de meter el fondo del amor, de la sexualidad, de qué pasa entre chicos y chicas porque aunque son niños, están solos y no hay normas.
R.P: No sería tanto luchar por el poder, sino luchar por una chica.
J.L: También creo que se podría hacer solo con mujeres. Pero uniendo a ambos sexos, no. Ellas también se volverían salvajes porque tienen ese lado.
M.R: Claro que sí (risas). Las mujeres somos seres humanos también.

Ralph, Jack o Piggy, ¿cuál sería vuestro líder en la realidad?
R.P: Me iría con Ralph, no por ser el más lógico sino porque no me gusta hacer el salvaje, me gusta tener las cosas controladas. Aunque terminaría con los otros porque no quiero estar bajo el yugo de los salvajes.
V.F: Opto por Piggy porque es el único que no pierde la idea de salir de la isla y estás perdido cuando dices que te quedas ahí. Quizá es muy pesado con las normas, pero prefiero eso al salvajismo.
A.V: Ahora tendría ese pensamiento de salir de la isla, pero creo que hace unos años me habría ido con los salvajes casi seguro.
J.L: Aunque está feo que lo diga, me iría con Piggy (risas porque es su personaje). Es lo que dice Víctor, es el único que lucha por salir de la isla y el que tiene las cosas claras.
M.R: Yo me iría con los salvajes por pura supervivencia (risas).

Última escena, oscuro y baja el telón. ¿Qué sentís en ese momento?
V.F: Eso es para entrar con una cámara y verlo. La emoción, la adrenalina, el miedo. Entras cargados de 20.000 cosas, de furia (un guiño a los talleres que organiza La Joven Compañía).
M.R: El señor de las moscas es una novela muy dura a pesar de ser de aventuras y creo que de alguna manera te toca y aunque no te cambie la vida, te marca sí o sí. Por muy mal que lo hagamos (risas), la historia, la escenografía capitaneada por Silvia de Marta, la música de Mariano Marín, el texto de Collado o la iluminación de Cornejo hacen que te llegue. Esos oscuros en el montaje te emocionan, aunque se avisa para que los niños no se alteren.

¿Hace falta avisar de los oscuros hoy en día?
M.R: Sí, porque quizá no hay mucha costumbre de ir al teatro, los niños puede ser su primera vez y se revolucionan.
R.P: Se avisa por si acaso, pero creo que llega un punto en el que están tan metidos dentro de la historia que no reaccionan de una manera tan exagerada como cuando nosotros éramos unos chavales y nos volvíamos hooligans. Este proyecto nace para llevar el teatro al público adolescente y hay que tratarles de tú a tú y no tratarles de una manera especial o haciendo pantomima. Ellos exigen ese trato de adultos, no es un teatro infantil.
J.L: Y precisamente esta función menos.

¿Quizá es un texto demasiado adulto?
R.P: Como dice David Peralto, nuestro director artístico, nosotros no vamos a contar historias que no les interese o las vamos a censurar. Ahora con 12 años tienen videojuegos violentos y El señor de las moscas les lleva por muchas emociones y les habla de grandes temas para reflexionar.
M.R: Se pueden ver reflejados porque los personajes son de su misma edad y nosotros somos gente joven que les podemos enganchar también. Son ingredientes que hacen que los adolescentes quieran conocer más nuestro trabajo.

The normal heart

Mark Ruffalo, Matt Bomer, Jim Parsons, Julia Roberts, HBO... muy mal se tenía que dar para no conseguir algo decente. Y así ha sido, The normal heart es la nueva TV movie que la cadena estadounidense presenta como su gran éxito del año, el producto diseñado para arrasar en las galas de premios.

Principios de los años 80, comienza la era del VIH cuando no se sabía nada sobre esta enfermedad. Los casos de sida aumentan en la población gay y las muertes no cesan. Una guerra que nadie buscó, pero que hay que ganar.

Esta es la historia que Larry Kramer quiso contar, su experiencia personal que ya llevó al teatro y ahora adapta a la televisión. No se puede pretender encontrar un discurso de masas al estilo Mi nombre es Harvey Milk, aquí todo es más personal y eso es tanto un acierto como un error. Acierto porque la personalización siempre es más dramática y suele conseguir que el espectador empatice mejor y error porque está hablando de un tema que necesita mostrar el daño generalizado que causa, al margen del hecho puntual.

Ryan Murphy sorprende con una dirección mucho más madura de la que nos tiene acostumbrados. Es cierto que solemos verle en comedia, y eso da más pie a jugar que el drama, pero al menos ha dejado a un lado sus planos invertidos para centrarse en la historia y potenciar a Mark Ruffalo como un protagonista ambiguo y en constante evolución. Aunque parece que últimamente le dedica mucho tiempo a American Horror Story y no ha podido evitar alguna escena que recuerda a su serie, un fallo que puede restar seriedad a la temática.

En cuanto a los actores, he comenzado la entrada mencionando sus nombres y no es pura casualidad. Estamos hablando de grandes actores reconocidos que han demostrado sus capacidades, pero eso es un arma de doble filo que puede llevarles al recuerdo de otros personajes. Matt Bomer está increíble en todo su proceso y eso será sinónimo de galardón. Jim Parsons consigue que olvidemos sin problemas a su Sheldon Cooper de The Big Bang Theory y crea un personaje sincero que engancha hasta el final. Y como último ejemplo pondré a Julia Roberts, la novia de América que ha encontrado su renovación en el drama y se mantiene en una línea similar a la de Agosto. Quizá con este personaje le den los premios que no consiguió junto a Meryl Streep.


Opinión personal: reconozco que tenía bastante miedo a esta película de HBO porque no veía a Ryan Murphy dirigiendo de una manera seria, aunque estaba seguro de que la cadena no apostaría por una parodia. El creador de Glee y American Horror Story ha contenido sus arrebatos y no ha mostrado sus señas de identidad, estando a la altura del proyecto. Si a esto se le suma un reparto perfecto y una historia con gancho, tenemos a la próxima triunfadora de las distintas galas de premios y digna sucesora de Behind the Candelabra

El precio de la manzana

Reineta, golden, fuji... Hay una gran variedad en el reino de las manzanas, pero la más codiciada por los artistas tiene nombre propio: Max. Plateada y con antifaz dorado, el símbolo del pecado oculto tras el misterio de las máscaras. Todos quieren ser los dueños de Max y no dudan en esclavizarse durante meses, e incluso años, para ser los elegidos. La XVII edición de los Premios Max ya tiene a sus galardonados y hemos hecho dos preguntas para comprobar si son dignos merecedores del trofeo: ¿Cuánto cuesta un kilo de manzanas? ¿Cuánto os ha costado esta manzana de un kilo?


The Funamviolistas
La primera pregunta no se la esperaba nadie y en sus reacciones se ve. Ojipláticos, dubitativos y con carcajadas han recibido la intromisión a su lista de la compra. Mayte del trío  The Funamviolistas, Max al Espectáculo Revelación, paga el kilo de manzanas a 1,80€ y no puede ponerle precio a la plateada, "es impagable". Hace un año y medio de la creación de su show, "una producción pequeñita" que tras varios premios cierra por todo lo alto con una manzana dividida en cuatro trozos. Max, te dejo en buenas manos.

La Maquiné consigue el premio al Mejor Espectáculo Infantil con El bosque de Grimm y el precio de sus manzanas "depende de cómo sean". Una compañía creada en 2008 y que "desde entonces no hemos parado de trabajar". "Alegría por el reconocimiento a nuestra trayectoria", comenta Joaquín mientras Elisa se sorprende porque "es una obra de teatro gestual", con un gran apoyo en la música. Max, disfruta con La Maquiné.


Ron Lalá Teatro
Aunque el hecho de estar nominados ya es un gran premio para muchas compañías, no todos pueden conseguir a Max. Un ejemplo de esto son los quijotescos Ron Lalá que llegan a la gala directos desde Londres, donde han llevado su particular manera de hacer teatro. "Mucho trabajo y sacrificio" con un espectáculo que "aglutina teatro, música y humor" han sido las claves para su nominación. Lo que no tienen tan claro es el precio de las manzanas porque Juan cree que valen "lo mismo que un kilo de peras", Íñigo se la juega con "uffff 2,45€" y Álvaro sigue pensando en libras, a pesar de que "todo es más caro". Yayo, su director, nos dice que "preguntemos a Eva". Lo siento, Max, esta vez no podrás hacer compañía al limón alado.

La Belloch Teatro
Tampoco tuvo suerte Carolina África, tanto en el premio como en la cesta de la compra. "El otro día compré una pieza y me cobraron 90 céntimos", recuerda riéndose al pensar que sería muy gorda la manzana. La nominada a Mejor Autoría Revelación por Verano en diciembre cuenta que llegar a la gala ha supuesto "mucho esfuerzo, sin medios, una producción hecha entre las cuatro mujeres de La Belloch Teatro". Actriz, autora y directora de una obra muy personal donde "es un lujo trabajar con el talento de Carolina", asegura su compañera Pilar Manso que compra las manzanas a 1 euro. Max, tampoco podrás irte con esta revelación.

Si los nervios tuviesen nombre, se llamarían Josué Ullate. El joven bailarín se enfrenta a su primera nominación como Mejor Intérprete masculino de Danza por Bolero y sabe que "es un regalo estar entre artistazos y vengo a disfrutarlo". A pesar del peso que conlleva ese apellido en el mundo de la danza, Josué está contento de que se hayan fijado en su trabajo y ve más premio en "que piensen en mí". Finalmente no pudo conseguir a Max porque Israel Galván arrasó con Lo real llevándose los tres a los que estaba nominado. Seguramente no será la última vez que nos encontremos a Josué y quizá la próxima sabrá el precio de las manzanas porque "me has pillado por completo, no tengo ni idea".


"No tengo ni idea", asume también Pedro Casablanc sobre el precio de las manzanas mientras Sara Illán asiente detrás de él porque ella sí lo sabe y se sorprende cuando el candidato a Mejor Actor dice que "no ha costado absolutamente nada" la nominación. Respira tranquila cuando Pedro afirma que es "el trabajo de una obra más de las que he hecho a lo largo de mi vida, una por año desde los quince". Tristán Ulloa, que competía a Mejor Dirección de Escena por En construcción, comenta que esa nominación "ha costado un huevo y parte de la yema del otro". Reconoce que está mal decirlo, pero "hay gente que ha regalado su trabajo para que la obra salga adelante" y espera que en el futuro "haya mejores condiciones". Tristán, aun comprando las manzanas por unidades, se queda sin Max.

Eva Yerbabuena
Sol Picó, nominada a Mejor Intérprete femenina de Danza y Mejor Coreografía por Memòries d'una puça, se gasta "2 euros, ¿no?" en las manzanas. Duda y se ríe como muchos de sus compañeros, pero lo que sí tiene claro es que esas nominaciones han costado "muchísimo trabajo". Sin embargo, Max es muy caprichoso y decide irse con Eva Yerbabuena y su ¡Ay!, un trabajo con "mucha dedicación y amor incondicional por mi lenguaje que es la danza, el flamenco". "No todo es queja ni penuria, también hay muchas satisfacciones en este sacrificio", reconoce Eva tras recibir su premio en un momento en el que "ahora mismo no sé ni lo que cuestan las manzanas que compro en el puesto".

Maika Makovski
Maika Makovski lo tiene claro, "2,95€ si son ecológicas". A la ganadora a Mejor Composición Musical por Forests, el Max le ha costado "muchos meses de trabajo y mucho placer". Su segundo trabajo con Calixto Bieito ha sido "muy orgánico y muy natural, con temas basados en Shakespeare y formados en la sala de ensayo". Un proceso muy parecido al de María Araujo, Max a Mejor Figurinista por El lindo don Diego, con un diseño "muy actual, con elementos del siglo XVII, pero que ayude al actor a sentirse identificado y le vaya en favor". Un trabajo "muy complicado" para María, quizá casi tanto como comprar manzanas porque admite con humor que "nunca voy a comprar al mercado".

Juan Diego Botto
El que sí lo hace es Sergio Peris-Mencheta y nos cuenta que "hay una manzana japonesa que es la hostia de buena y cuesta unos 3,5€ el kilo, pero para hacer zumo puedes encontrarlas por 0,70€ en un chino o un indio". El Max a Mejor Espectáculo de Teatro conlleva "mucho esfuerzo, pero con amor, diversión y juego". "Lo que más me ha costado ha sido no estar con mis hijos", confiesa el director de Un trozo invisible de este mundo. Obra con la que Juan Diego Botto consigue el Max a Mejor Autor Revelación y Mejor Actor que con la emoción, y las prisas de ser el hombre más solicitado del momento, responde a ambas preguntas con un sincero "hostia, no tengo ni idea".

Listado con los nominados y ganadores de la XVII edición de los Premios Max.

Lavar, marcar y enterrar

Del clásico teatro a las salas alternativas, cualquier lugar es bueno para representar si se hace con ganas. Hoy nos vamos a la peluquería Corta Cabeza, una auténtica declaración de intenciones. Lavar, marcar y enterrar es una mezcla entre comedia negra y surrealista, un paseo por la increíble vida de Gabriela.

Una dueña que creía tener enterrado su pasado, tendrá que enfrentarse a sus fantasmas y huir hacia adelante con Fernando, su ayudante, y los aspirantes a policía Verónica y Lucas. ¿Demasiadas cargas?

La historia de Malasaña parece correr en paralelo con la de Gabriela y su peluquería, una lucha por mantenerse en pie durante años y contra aquellos que apostaban por la renovación desde los cimientos. Ahora le toca enfrentarse a un nuevo contratiempo, ha sido secuestrada junto a su ayudante por dos enmascarados que pretenden robar 120.000€ del local contiguo. Cada martillazo en la pared será un golpe en la oscura memoria de Gabriela.

Una obra escrita y dirigida por Juanma F. Pina que, para los que les gusta las referencias, tiene reminiscencias de los trabajos de Dunia Ayaso y Félix Sabroso. Una historia redonda que mezcla lo mejor del género negro con lo más absurdo y loco del surrealismo. El trabajo consigue mantener la atención del espectador y saca una sonrisa en los momentos más dramáticos, algo que se agradece y que es más difícil de lo que parece.

Juan Caballero, Victoria Mora, Mario Alberto Díez y Danai Querol son los encargados de defender este texto con una variedad de personalidades que van desde la dignidad a la neurosis. Cuatro actores para ocho personajes que ganan cuando se transforman en los que podríamos denominar como secundarios. Es en esos viajes en el tiempo donde Juan, Danai y Alberto pueden jugar a la exageración con sus nuevos papeles y se crecen en el gag. Victoria es y ha sido una auténtica señora, no importa el paso del tiempo.


Opinión personal: si queréis vivir una experiencia teatral alejada del típico escenario, aquí te puedes sentar cual señora que espera a hacerse la permanente en la peluquería y disfrutar durante algo más de una hora con estas cabezas tan bien peinadas. Me quedo con ganas de contar más cosas, pero sería spoiler tras spoiler y así pierde la gracia. Mejor id a verla y descubrid los secretos de Gabriela. Eso sí, daos prisa en reservar porque el espacio es reducido (25-30 espectadores) y están llenando.

Muerto el perro

Dice el refrán que la rabia se acaba cuando ha muerto el perro, eso es porque no conocían a Piedad de la Viuda. Su marido fallece en un accidente de tráfico y ella se entera de que él estaba preparando su huida con una joven a otro país después de haber desfalcado la empresa de su mujer. En ese momento, Piedad empieza a despertar del letargo de mentiras en el que vivía y reacciona como una nueva mujer, la mujer que siempre estuvo oculta en su fondo, 'la Otra'.

En Muerto el perro, Carlos Salem se arriesga con una protagonista potente capaz de hacer suspirar al propio autor. Le ha salido bien.

Una novela negra donde el humor y la ironía están presentes sin tabúes. Piedad ronda los cincuenta años y está a punto de recuperar su juventud perdida, nadie le impedirá vivir como querían sus más profundos deseos. Rompe con las reglas y se acabó el aceptar las mentiras de los demás, ahora será ella la que controle lo que se hace y cómo. Es sencillo tener empatía con esta mujer a la que le perdonarías todo, a muchos nos gustaría dar un golpe en la mesa y revolucionar nuestras vidas como hace ella.

Los refranes y los boleros son los elementos que marcan la historia a cada paso que se da. Los personajes los usarán a su estilo, pero el mayor referente viene del padre de Piedad, un hombre apasionado por ellos que ha transmitido ese amor a su hija. Quizá nunca digan la verdad, quizá sean un bálsamo que simplemente calma la herida, todo depende de cómo los uses.

Viejas amistades, nuevos socios, policías, detectives y algún que otro mafioso. Piedad irá cincelando su nueva personalidad a través de una interesante gama de secundarios. Acompañados de un estilo muy cercano a la lírica, los protagonistas disfrutarán y sufrirán a la nueva Piedad. Esa voz que se ha despertado en su cabeza bajo el nombre de 'la Otra', una conciencia sin tapujos que completa el tándem perfecto.

Opinión personal: me rindo a los pies de Piedad de la Viuda. Un personaje que engancha y consigue que no puedas apartarte del libro. Carlos Salem juega con ella y se lo pasa bien, un delirante viaje del asesinato al sexo. Una historia que se desarrolla en una semana y pagarías para que durase un mes. Si no sois grandes aficionados del género negro, quizá esta sea una buena manera de iniciarse. 
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