El gran dictador, Chaplin y su sátira a Hitler

La tercera semana de abril de 1889 nacían la cara y la cruz de una misma moneda, Adolf Hitler y Charles Chaplin. Uno es uno de los seres más odiados del tiempo de guerras, el otro es el más querido del cine en blanco y negro. Así comienza la historia de El vagabundo y el dictador


El 9 de septiembre de 1939, 8 días después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Chaplin decide comenzar a grabar su primera película sonora con diálogos, El gran dictador. Un proyecto que tuvo un rodaje de 559 días y que fue financiado íntegramente por el cómico londinense. Esto le permitió repetir escenas hasta que quedasen a su gusto, llegando a reconstruir el decorado del "ghetto" para volver a grabar algunas tomas.

Un soldado del ejército de Tomania salva la vida del oficial Schultz. Un acto que no olvidará, aunque el accidente de avión deje amnésico y en un hospital durante 20 años al soldado que será el barbero judío. Dos décadas que han permitido la llegada al poder del dictador Adenoid Hynkel, una parodia de Hitler que llevará de manera magistral el creador del vagabundo Charlot, un personaje que podemos intuir en el estilo de este barbero.

Hynkel juega con el mundo, un globo terrestre forma parte de una de las escenas míticas en la historia del cine. Este mismo elemento era uno de los fetiches del dictador alemán. Hacer comedia de la tragedia es algo clave en esta obra, algo de lo que se arrepentiría Chaplin después de conocer todo sobre el genocidio, hacer más humano al hombre más cruel del siglo XX.

Mientras Hitler conmovía y captaba a su sociedad contemporánea con la oratoria, Chaplin lo hacía con los gestos sin necesidad de abrir la boca. Dos hombres que conquistaron al mundo de dos maneras opuestas, desde el humor y desde el horror. En los discursos de El gran dictador, Chaplin inventó un lenguaje que tenía la fuerza del alemán pero que no significaba nada, su forma de demostrar el poder de la entonación frente a lo que se dice.

Nadie duda de la genialidad del hombre del bastón y el bombín. Esto se confirma con su decisión de contratar a Jack Oakie, que sería nominado al Óscar como Mejor Actor de reparto, para el papel de Benzino Napolini, una clara referencia al dictador italiano Benito Mussolini. Pocos podrían diferenciar uno de sus discursos reales de otro en la actuación del que fuese expulsado de los estudios de la RKO por su carácter.

Experto en satirizar al poderoso, como se puede ver en Tiempos modernos con su referencia a Henry Ford, Charles se convierte en una figura mítica en el mundo del cine. Aunque la Academia no quiso reconocer su talento, más allá de los obligados Óscar honoríficos, ya que esta película se quedó sólo con sus cinco nominaciones en un año repartido entre Rebecca, Las uvas de la ira o Historias de Filadelfia entre otras. Una de esas maneras de intentar callar lo que es imposible olvidar.

Estrenada en 1940, y pedida dos veces en el cine privado del Führer, se convirtió en una de esas historias que cualquier amante del cine debe conocer y con un extraño fondo unido a ese nazismo que asoló Europa. Mientras que Hitler compartía su vida con Eva Braun, Chaplin se encontraba casado con Paulette Goddard, Hannah en la película, quizá dos mujeres que podrían dar pie a una historia similar a esta.

Se quedan muchas cosas en el aire, quizá demasiadas como para ponerlas en un único post. Desde el rechazo de Hitler en la escuela de Bellas Artes hasta el rodaje en color por parte de Sidney Chaplin, hijo de Charles, se pueden ver en el documental creado por la BBC El vagabundo y el dictador. Si hay algo que podemos sacar en claro es que todo hubiese sido muy distinto si Chaplin hubiese sido El gran dictador de Europa.


4 comentarios:

Sunset Paradiso dijo...

Maestro con mayúsculas, grande entre los grandes. Todos los cómicos de hoy en día deberían estudiar cada gesto de Chaplin (y de Buster Keaton). :-D

Hemos Visto dijo...

Sin paliativos, una auténtica Obra Maestra. Que un cómico haga una gran sátira como esta está a la altura solo de los genios, y desgraciadamente, ya no quedan :(

alfmega Marín dijo...

Intemporal, sumido en la nube de la genialidad, esa que no sabe del paso de los años y que clarifica el entendimiento. Me encantó, saludos.

Rubén Muñoz dijo...

Muy buen artículo! El gran dictador es una obra que va a permanecer en el tiempo, y que, por desgracia, siempre estará prohibida en algún sitio del mundo en algún momento.
www.elpelicultista.com

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