La dolce vita

Dejamos a un lado mi idolatrada Francia para acercarnos a la Italia simbolista de Fellini. La dolce vita, obra maestra que aleja al director de su época neorrealista con películas como Amor en la ciudad. Con los paseos por Via Veneto de Marcello, interpretado por el italiano por excelencia Marcello Mastroianni, y sus amores conoceremos una historia que ha marcado varios mitos en el cine y en el mundo del periodismo. Paparazzo, un fotógrafo que trabaja con el cronista Marcello, dio nombre a esta profesión.

Fellini muestra en La dolce vita una Italia acosada por los paparazzi, que perseguirán a Sylvia, a la cual da vida Anita Ekberg, durante la promoción de su cine en esta tierra. Un personaje con una corta aparición en este film de casi tres horas de duración pero que se ha marcado como parte fundamental. Su baile en el club romano y la escena de la Fontana di Trevi, que usaré como vídeo de esta reseña, son algunos de esos mitos de los que hablaba.

La incomunicación entre los personajes y el hedonismo de estos es una continua crítica al elitismo que vivía la Roma de los sesenta. Los intentos de los paparazzi por tergiversar las historias para conseguir sus noticias o la relación de Marcello con Steiner conducirán al protagonista por un mundo plagado del simbolismo puro.

Opinión personal: hay que admitir que La dolce vita es un clásico del cine y de la historia de la bella Italia. Marcello Mastroianni es perfecto para su papel y Fellini lo sabe. El único problema puede ser el exceso de símbolos y la búsqueda del detalle que hace demasiado larga esta maravilla en blanco y negro.