El ilusionista (L'illusionniste)

Los tiempos están cambiando, el rock de los años 50 está revolucionando el music-hall. Los jóvenes abarrotan los teatros para escuchar a sus estrellas mientras los clásicos de estos escenarios se ven relevados a un segundo plano.

Artistas en vías de extinción, malabaristas, magos, acróbatas y ventrílocuos, frente a las nuevas estrellas de la música.

Conseguir un contrato para poder mostrar sus habilidades es casi imposible, esto será lo que intente por todos lados el protagonista, el ilusionista.


De París a Reino Unido, la situación no es muy diferente. Nadie quiere a estos maestros del pasado, lo que interesa es el público y ellos no son un reclamo. Se convierten en teloneros, si tienen suerte, o tendrán que trabajar en pueblos perdidos donde no llega la electricidad. Una supervivencia que obliga a aceptar cualquier empleo, aunque intenten usar sus habilidades para ello.

El ilusionista ha perdido la esperanza por seguir viviendo de sus trucos, nadie se impresiona. Una niña, con su inocencia y emoción ante las habilidades, le devolverá esta 'ilusión'. No quiere que ella sepa la verdad, quiere alejarla del mundo real para que siga creyendo en la magia y así lo hará durante sus viajes. Irán madurando, cada uno a su manera, para poder luchar un día más.

Una película lenta, casi muda, y con un juego de imágenes y música que lleva a enamorarse de una mentira al estilo de su director, Sylvain Chomet. Un experto en lo naif, el corto sobre el mimo de Paris, je t'aime es suyo, que recoge la idea de que no hay que hablar para decir mucho. Se apoya en el guión y en la vida de uno de los grandes cómicos, Jacques Tati. Le tocó competir con dos obras mucho más comerciales que, al igual que a su personaje principal, la relevaron a un segundo plano. Estas fueron Toy Story 3 y Cómo entrenar a tu dragón, un buen año para la animación.



Opinión personal: desde hace algunos años la animación dejo de ser cosa de niños para llegar a los adultos con historias más serias y un trasfondo semi-dramático, este es el caso de El ilusionista. Es una película tranquila, sobria, que se recrea en los pequeños momentos, una alternativa a esos dibujos rápidos, acelerados. Aquí no os vais a encontrar a un conejo que hable, aquí casi nadie habla, esto no es Pixar.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...