Glee: la revolución musical

En mayo de 2009, tras el programa 'American Idol', aparecía en las pantallas estadounidenses el instituto McKinley. Era una pequeña presentación, como suele hacerse en los pilotos, de lo que nos íbamos a encontrar en esos pasillos. Unos personajes muy estereotipados y definidos en su papel, desde el primer capítulo sabes del pie que cojean, que permiten una evolución acorde a sus personalidades. Esto es FOX, esto es Glee.


La serie de los "losers" se convertía en todo menos en eso. Una extremada sencillez en vestuarios, coreografías y canciones, que solo aguantó una temporada, hacía dudar del posible éxito de este coro. La trama principal es sencilla, la lucha de este 'glee club' por conseguir ganar la competición de grupos corales. Esa fue la dirección durante las dos primeras temporadas y, seguramente, será la de la tercera. Pero lo que realmente le da fondo son las tramas secundarias.

En la primera lista que se colgó en el tablón de anuncios para formar parte de Nuevas Direcciones (New Directions) aparecían cinco nombres. Mercedes Jones, la potencia y garra de una diva en una clara alusión a las damas del Soul. Kurt Hummel, un agudo extraordinario y amante de los musicales, perfecto para el papel gay. Tina Cohen, asiática y tartamuda, novia de Artie. Artie Abrams, guitarrista, rapero blanco y parapléjico. Rachel Berry vive con una idea clara, triunfar en Broadway, y es un blanco perfecto para los granizados. El reparto se completó con Finn Hudson, capitán deportivo y descubierto mientras cantaba en las duchas.

Estos son los componentes del club y William Schuester es su director. Will es profesor de español y confía en el renacer del coro. Como personaje antagónico tenemos a Sue Sylvester, entrenadora de las animadoras, desmotivadora por naturaleza  y enemiga del pelo de Will. La tercera en discordia será una pelirroja con un trastorno compulsivo por la limpieza y consejera del instituto, Emma Pillsbury.

A este equipo se unirá, primero de manera secundaria, un trío de animadoras muy especial. Quinn Fabray, capitana de las animadoras, rubia perfecta y popular y novia de Finn. Santana Lopez, el tono hispano y provocador, dará mucho que hablar. Y Brittany S. Pierce, el claro ejemplo del estereotipo de rubia tonta. Noah Puckerman, el chico malo del instituto, completa este peculiar reparto inicial.

La música que se ha interpretado en las dos temporadas ha sido muy variada, pero siempre con un toque Glee. Empezó siendo muy clásica y recuperando temas olvidados, como el tema principal 'Don't stop believing', porque nadie quería dejar sus temas a esta serie. Cuando el éxito llegó a la FOX todos se peleaban porque los chicos versionasen sus canciones, siempre pasa lo mismo. Por esto la primera temporada es menos comercial y usan Broadway con clásicos del estilo de 'Maybe this time' o 'Defying gravity'.

Hay dos elementos que han marcado a la serie: el uso de los mash-up, mezcla de varias canciones en una, y las actuaciones artistas invitados. Podemos ver a grandes estrellas del teatro-musical, como Idina Menzel o Kristin Chenoweth, y caras muy conocidas como Neil Patrick Harris, Barney en Como conocí a vuestra madre, o Gwyneth Paltrow. Ésta interpreta a una profesora sustituta que aparecerá en repetidas ocasiones y nos dejará algunas canciones como esta.


Los episodios temáticos han sido muy recurrentes para poner canciones de relleno y estancar el desarrollo de la historia. Desde el clásico de navidad, pasando por una versión de The Rocky Horror Picture Show, hasta llegar a los homenajes a cantantes como Madonna, Lady Gaga o Britney Spears, la cual hizo un cameo en un capítulo un tanto surrealista. Personajes como Sam Evans, Mike Chang, Lauren Zizes alternarán con sus compañeros del McKinley.

Se podrían decir muchas cosas más, hablar de 'Los gorriones' (The Warblers) y del impacto que tendrá Blaine en la historia, podríamos comentar algunas de las sorpresas que darán 'Vocal Adrenaline' a los integrantes de 'New Directions', pero eso sería hacer spoilers y aquí nunca hemos sido muy amigos de eso. Así que si os gusta la comedia, el drama y la música es posible que Glee sea vuestra serie o, al menos, lo pasaréis bien escuchando sus temas que han arrasado en las listas de ventas. Dos temporadas finalizadas, una tercera en camino, el proyecto de una película y un concurso para elegir a nuevos actores, se puede decir que saben aprovechar el momento.

Para terminar podemos hacer un repaso rápido a los premios que han conseguido. Dos Globos de Oro como Mejor Serie - Comedia o Musical, Premio del Sindicato de Actores como Mejor Reparto, Emmy y Globo de Oro como mejor Actor y Actriz de reparto para Chris Colfer (Kurt Hummel) y Jane Lynch (Sue Sylvester). Varios Premios Satellite, Emmy, People y Teen Choice, entre otros.

Opinión personal: es difícil dar unos motivos para ver, o no, esta serie. Es cierto que la primera temporada fue más independiente, libre de ideas sobre lo que se iba a vender y fue una etapa más naíf. La segunda temporada contaba con un presupuesto mayor y eso se nota en los decorados, la estética en general, es mucho más vistoso. Las voces van evolucionando y eso se nota, los niños crecen y se adaptan a las situaciones. Con la gran cantidad de personajes y de historias paralelas es complicado que alguna no guste, aunque Kurt y Sue son los que más conmueven al público. La duración es de cuarenta minutos por episodio, así que podéis probar y si os gusta seguid. Esto, como todo, es a gusto del consumidor.

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