De París a Roma en un viaje "low cost". Woody Allen se está haciendo su particular Interrail y ahora ha decidido parar en persona en la capital italiana. Una ciudad que podría parecer más asequible que la francesa, pero que se le atragantan los tópicos en A Roma con amor.
Y es en esos tópicos donde se salva. El más italiano de todos, Roberto Benigni, es el que remonta este cruce de historias con su recién afamado Leopoldo Pisanello. No entiende el repentino interés popular por él y quizá nosotros tampoco, pero intenta adaptarse y vive su propia Dolce Vita.
Quedan tres historias más. Jerry y Phillis (Woody Allen y Judy Davis) viajan a Roma para conocer al prometido de su hija y a su particular familia. La música, obviamente la ópera, y una ducha serán la clave de esta parte. Aquí ha apostado por el tenor italiano Fabio Armiliato para defender una de las mayores tradiciones de Italia con el alma de La Scala.
Mientras, en el barrio del Trastevere, John (Alec Baldwin) vuelve a sus orígenes antes de convertirse en el famoso arquitecto que es ahora. Allí conoce a Jack (Jesse Eisenberg) y hará de conciencia en su relación de pareja, que se ve amenazada por una amiga con una historia demasiado intensa para una Ellen Page que sigue estancada en su habitual pedantería.
La última parte está dividida en dos. Antonio y Milly (Alessandro Tiberi y Alessandra Mastronardi) son una pareja de recién casados que llegan a Roma. Ella quiere ir a una peluquería para estar guapa a la hora de conocer a la familia de su marido y aquí se dividen las historias. Aparece Anna (Penelope Cruz), una prostituta que se hará pasar por la novia de Antonio mientras Milly está perdida por la ciudad viviendo su particular Roma.
Opinión personal: esta zona está perdiendo su sentido con cada entrada que escribo. No consigo ser objetivo en la parte de la reseña y se me cuela la opinión. Así que ya sabéis, me ha parecido una película entretenida, aunque lejos de Midnight in Paris, y quizá debería dejar más espacio entre sus obras, pero Woody Allen está empeñado en demostrar que está ahí y que seguirá dando guerra por mucho tiempo. Y yo me alegro por ello. Los dos grandes aciertos de la película son Roberto Benigni y la canción "Amada mia, amore mio" que todavía estoy tarareando.
Y es en esos tópicos donde se salva. El más italiano de todos, Roberto Benigni, es el que remonta este cruce de historias con su recién afamado Leopoldo Pisanello. No entiende el repentino interés popular por él y quizá nosotros tampoco, pero intenta adaptarse y vive su propia Dolce Vita.
Quedan tres historias más. Jerry y Phillis (Woody Allen y Judy Davis) viajan a Roma para conocer al prometido de su hija y a su particular familia. La música, obviamente la ópera, y una ducha serán la clave de esta parte. Aquí ha apostado por el tenor italiano Fabio Armiliato para defender una de las mayores tradiciones de Italia con el alma de La Scala.
Mientras, en el barrio del Trastevere, John (Alec Baldwin) vuelve a sus orígenes antes de convertirse en el famoso arquitecto que es ahora. Allí conoce a Jack (Jesse Eisenberg) y hará de conciencia en su relación de pareja, que se ve amenazada por una amiga con una historia demasiado intensa para una Ellen Page que sigue estancada en su habitual pedantería.
La última parte está dividida en dos. Antonio y Milly (Alessandro Tiberi y Alessandra Mastronardi) son una pareja de recién casados que llegan a Roma. Ella quiere ir a una peluquería para estar guapa a la hora de conocer a la familia de su marido y aquí se dividen las historias. Aparece Anna (Penelope Cruz), una prostituta que se hará pasar por la novia de Antonio mientras Milly está perdida por la ciudad viviendo su particular Roma.
Opinión personal: esta zona está perdiendo su sentido con cada entrada que escribo. No consigo ser objetivo en la parte de la reseña y se me cuela la opinión. Así que ya sabéis, me ha parecido una película entretenida, aunque lejos de Midnight in Paris, y quizá debería dejar más espacio entre sus obras, pero Woody Allen está empeñado en demostrar que está ahí y que seguirá dando guerra por mucho tiempo. Y yo me alegro por ello. Los dos grandes aciertos de la película son Roberto Benigni y la canción "Amada mia, amore mio" que todavía estoy tarareando.
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