Black Mirror

Las series llevan un tiempo plantándole cara al cine, cada vez nos encontramos con mejores ofertas en el terreno televisivo. El humor es más divertido y las épocas se retratan a la perfección. La política y el periodismo son algunos de los temas tratados con maestría y todo esto viene concentrado en una hora como mucho, la mitad si es comedia.

Hoy quiero hablar de Black Mirror, una serie que ha conseguido hacer pensar a todos los que la ven y revolucionar las redes sociales. Todo esto con solo seis episodios, aunque con uno fue suficiente.

Charlie Brooker, crítico y columnista de 'The Guardian', ha creado una serie impactante, sabe que la mejor manera de llegar a los espectadores es a través de golpes, dando donde más nos duele. Nos muestra una sociedad sin alteraciones de lo que sería la realidad que vivimos, aunque un poco más avanzada tecnológicamente en algunos episodios. Pero eso no es un problema, la mayor parte de los estudios indican que vamos hacia ese futuro y quizá sea esto lo que más aterra de la serie, el hecho de ver lo que nos puede pasar y la eterna duda de saber si nosotros reaccionaríamos de la manera que nos propone. 

La tecnología, las redes sociales y el uso que las personas le dan a estos avances son los pilares de la serie británica. La política, el periodismo, la televisión o las leyes son los temas paralelos que se van cruzando en mayor o menor medida a lo largo de los seis episodios que funcionan de manera independiente, pero que en conjunto forman una obra maestra. Ahora voy a comentar un poco de cada episodio y dejo en vuestras manos la decisión de ver Black Mirror. Yo ya lo he hecho.

Primera Temporada

El himno nacional (The National Anthem)

El primer capítulo de Black Mirror ha sido uno de los más comentados, quizá el que mayor repercusión ha tenido. La escena clave a la que se dirige el capítulo, que no contaré para los que quieran verlo, es el motivo por el que más se ha hablado de El himno nacional. ¿Somos inmunes al sufrimiento ajeno? En este episodio vemos el caso de humillar una vida hasta el límite para poder salvar otra. Las reacciones cambian cuando se va viendo la seriedad del problema y las posibles consecuencias. ¿Estamos dispuestos a cualquier cosa?

Al principio todo se toma a risa, nadie puede creerse lo que ven. Las primeras reacciones que se tuvieron cuando se emitió el capítulo fueron similares, todo el mundo se reía de la situación, quizá por el hecho de ser ficción, pero también se preguntaban qué pasaría si eso ocurriese realmente. ¿Estarían dispuestos nuestros políticos a sacrificarse de la misma manera que vemos aquí? ¿Seríamos capaces de verlo?

Uno de los momentos que más me interesó, quizá por estar en el mismo ambiente, fue cuando la prensa debe callarse la noticia por orden gubernamental, pero las redes sociales ya estaban divulgando la información de manera desorbitada y en las redacciones locales no se hace nada hasta que la prensa extranjera no emite el vídeo del secuestro. ¿Qué papel debería haber jugado la prensa en este caso?

15 millones de méritos (15 Million Merits)

El segundo capítulo, que en España se emitió como el tercero, nos lleva a unas instalaciones que ya se alejan más de la realidad y quizá por eso nos cuesta más tomarnos en serio lo que aquí se está tratando. Lo que sí nos coge más de cerca es el caso de la telerrealidad y los programas para encontrar nuevos talentos. En este espacio se vive por y para la televisión, necesitas nutrirte de ella y ser parte de su juego para poder vivir mejor. A partir de ejercicios físicos, se irán consiguiendo una serie de créditos que puedes canjear por mejoras en tu habitación o básicamente por comida. Mientras están sobre sus bicicletas para conseguir estos méritos, deben fijar su atención en grandes pantallas que muestran diferentes programas y concursos en los que se puede dejar parte de esos créditos. Quizá una realidad muy cercana a un videojuego. 

La gran obsesión de las personas con talento de esta microsociedad es poder conseguir los créditos suficientes para comprar el pase al casting de un talent show con un formato muy similar al de 'Factor X'. ¿Qué pasa si te conviertes en una estrella de la televisión en un lugar en que la televisión recibe el 100% de la atención? ¿Qué harías si tuvieses la oportunidad de estar ante esas cámaras y saber que eres el centro de atención de tu universo? En la vida real hemos visto casos de gente que ha salido muy reforzada de estos concursos y han conseguido la fama internacional, pero otros se han visto con el lado amargo de la fama que parece dar vía libre al espectador para hundir la vida de los participantes. ¿Os conformaríais con tener los créditos justos para vivir o arriesgaríais por conseguir esos cinco minutos de gloria?

Tu historia completa (The Entire History of You)

El último capítulo es la prueba de que esta serie merece la pena: Robert Downey Jr. ha comprado los derechos de esta historia para adaptarla al cine. Las personas tenemos la oportunidad de instalar en nuestro cuerpo un chip que nos permite grabar y recordar todo lo que vivimos. En cualquier momento puedes volver atrás en tu vida y comprobar lo que has visto y oído. Si no te gusta el recuerdo, también tienes la oportunidad de borrarlo y nunca más podrás saber lo que pasó en ese momento. 

¿Qué pasaría si tuviésemos acceso pleno a toda la información de nuestro cerebro y la pudiésemos manipular a nuestro antojo? ¿Cuántas peleas se resolverían si retrocediésemos hasta el momento del conflicto inicial y así dar la razón al que la tenga? Esto puede parecer utópico y algo casi perfecto, pero ¿dónde quedaría la intimidad si cualquiera pudiese forzarte a comprobar tu pasado? En principio nadie obliga a llevar el aparato e incluso se muestra un caso en el que alguien ha decidido arrancárselo. La cuestión es si seríamos capaces de soportar la capacidad del recuerdo perfecto y dejarnos llevar por el libre albedrío sin forzarnos a corregir los errores. ¿Son mejores los hechos pasados de nuestra memoria cuando tenemos una vida rutinaria?



Segunda Temporada

Ahora mismo vuelvo (Be Right Back)

Cerramos la primera temporada con un capítulo basado en la memoria y su manipulación para abrir la segunda con una temática similar: los recuerdos digitales. Cada vez que escribimos un estado en Facebook o escribimos hasta 140 caracteres en Twitter, estamos registrando una parte de nuestra personalidad en Internet. Este es el caso de Ash, un hombre que está enganchado a las redes sociales y comparte su historia casi al minuto. Martha, su mujer, está mucho más separada de este mundo digital y le cuesta comprender qué tiene de especial para que Ash no pueda vivir sin ello. Con la muerte de Ash, ella se va a ver lanzada al fenómeno digital con una aplicación que permite hablar con las personas desaparecidas. El programa analiza todos los mensajes que se han dejado en las diferentes redes e imita el comportamiento de la persona elegida. 

Martha no quiere usar esta aplicación, ella cree que la muerte se debe superar de manera natural y olvidar al que se ha ido. Ella lo va a cumplir hasta que se encuentra con un momento que necesita compartir con Ash y comenzará a hablar con él. La relación va a más, empieza a depender de ese recuerdo que parece real y la aplicación le permitirá dar un paso más. La compañía vende cuerpos en los que poder descargar toda la información y el humanoide adapta la forma de los vídeos e imágenes que recibe. La relación parece que vuelve a tomar forma real, pero ¿cómo se puede vivir junto a alguien que sabes que está muerto y que no dejará de ser un cúmulo de recuerdos?

La serie parece dar un giro y se aleja de ese sentimiento de grupo para atacar al individualismo, ahora las decisiones son personales y al único al que le afectan es a uno mismo. ¿Qué haríais si tuvieseis la oportunidad de recuperar a una persona a través de lo que dejó digitalizado? ¿Sería la misma persona que un día conocisteis o un desconocido con demasiada información?

White Bear

Lo primero que ves al despertarte es la imagen que he usado para acompañar este capítulo. No sabes lo que es, pero causa una respuesta de tu subconsciente al verla. Estas solo y cuando sales a la calle te das cuenta de que todo el mundo te está grabando con sus móviles y nadie te dice nada. ¿Qué les pasa? ¿Por qué no puedes recordar nada? Lo único que sabes es que estás siendo perseguido y debes huir para proteger tu vida. Encuentras a algunas personas que pueden ayudarte, los únicos que se han salvado de la absorción tecnológica. Su misión es destruir el emisor de la señal que les llega a sus móviles. Esa señal viene de 'White Bear', un nombre que causa otra reacción de tu subconsciente. ¿Qué está pasando? ¿En quién puedes confiar cuando no eres capaz de recordar nada?

Debo reconocer que este capítulo me estaba pareciendo muy simple hasta que llega el punto en el que se da la vuelta por completo y te da uno de esos golpes que tanto le gusta dar a Brooker. Nos vuelve a dejar en evidencia como sociedad, la crueldad del grupo está por encima de la del individuo y la legalidad se usará a gusto del consumidor. ¿Qué pasa cuando dejamos decidir el castigo a alguien que acaba de sufrir el daño? ¿Somos capaces de buscar una condena justa cuando nos destrozan o nos dejamos llevar por el sentimiento de venganza?

The Waldo Moment

Último capítulo de la segunda temporada y el cierre de un ciclo con la vuelta a la política, pero ahora regresa al inicio de todo, las campañas electorales. La gente está cansada de escuchar a los políticos y no poder decirles nada a la cara. Simplemente quieres insultar y lo dejas por escrito en cualquiera de las redes que ahora dan libertad para ello. Se ha creado un personaje, Waldo, que es el azote de todo el que pasa por sus manos. ¿Quién se esconde detrás? Un cómico que sufre, un hombre que quiere ser libre y se ve atrapado en su propia creación. Aquí vemos el poder de las productoras, cuando el hombre que pone el dinero decidirá tu vida y lo único que puedes hacer es resignarte o acabarás herido.

Waldo no es un personaje que nos sea desconocido si estáis en Twitter, ahí hay muchas personas ocultas tras una imagen y un nombre falso que se dedican a lo mismo. Normalmente son las "personas" con más seguidores, muchos quieren escuchar lo que dicen desde la libertad del anonimato. Con Waldo nos plantean la posibilidad de que alguien sin más argumento que el insulto infantil llegase a tener el poder de decidir por todos nosotros. ¿Aceptaríamos que nuestras vidas dependiesen de alguien que se oculta detrás de un personaje animado o exigiríamos saber quién se esconde detrás del oso si llegásemos al punto límite?

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