La edad de la ira

Como ya le dije a Fernando en su día, no quería leer esta novela porque sabía adónde me iba a llevar. Un regreso a la época de instituto que, sin ser traumática, no echo de menos. Rodeado de profesores con demasiada experiencia a sus espaldas y un sistema con miedo a la motivación que consiguen estancarte durante años. 

Yo estaba en el grupo de los "buenos estudiantes" y me da lástima que cuando quiero sacar lo positivo de ese tiempo, apenas me daría para llenar un folio. ¿Qué pensarán mis compañeros que dejaron los estudios al terminar la formación obligatoria?

En fin, parafraseando al señor Umbral, yo he venido aquí a hablar del libro de Fernando y no a contar mis memorias estudiantiles. La edad de la ira es la historia de Marcos, un estudiante de instituto que ha asesinado a su padre con una máquina de escribir y ha herido a su hermano con unas tijeras. Puede sonar muy dramático y demasiado cercano a la novela negra, pero nada más lejos de la realidad. Aquí no se va a preguntar al protagonista los motivos de sus actos, se irán recreando a través de lo que le rodea en ese universo educacional. Amigos, profesores, conocidos, desconocidos... ¿Quién será la persona más interesada por la vida de un joven?

Estamos ante una novela que debería encontrarse en la sección de ciencia ficción, pero por desgracia está en la estantería de cruda realidad. Un retrato a la educación abandonada, una educación que carece de motivación y que contagia ese sentimiento de apatía a los alumnos. Aquí entraríamos en el debate de las experiencias personales de cada uno y la visión que le interese, no hay nada más variopinto que la época estudiantil de cada cual, así que hablaré desde mis referencias. A nadie le interesa lo que te ocurra y es normal. El instituto (lo siento Fernando, yo nunca lo llamé 'tuto') es una selva y lo más fácil es pasar desapercibido si no perteneces a los extremos de la cadena alimenticia. Es decir, esa clasificación tan americana entre populares y marginados. Marcos estaría entre los más deseados del recinto y aun así es un gran desconocido, imaginad los actores de relleno de la escuela.

La edad de la ira está estructurada como una investigación periodística donde algunas de las personas cercanas a Marcos irán contando su visión sobre lo sucedido en la semana del crimen. Un protagonista en la sombra que con su silencio consigue dar mayor fuerza a su discurso. ¿Hubo señales para haber evitado la tragedia? Las historias se irán entrecruzando y el interés por entender la situación irá aumentando. Familia, compañeros y parejas, demasiados focos para concentrar un problema que cuando surge ya es demasiado tarde. Es fácil sentirse indignado o impotente ante los temas que el autor trata porque son verdad y no hay nada más dañino que la verdad. La homosexualidad y su lacra la homofobia, el acoso, el maltrato... Muchos frentes abiertos para una batalla donde se juega con armas de cartón.

Las referencias culturales son el punto fuerte de la novela. A través de diferentes personajes se van a recordar clásicos del cine como Al este del Edén y su inmortal James Dean o ídolos más actuales como el mítico Joker de Heath Ledger en El caballero oscuro. También se tocarán series de gran calidad como A dos metros bajo tierra y otras más controvertidas como Perdidos. Nunca había dado tanto juego el complemento de un personaje televisivo como en este libro, quizá deberíamos analizar el poder simbólico de los detalles. Otro de los pilares está en Internet y hay que tener en cuenta que el fenómeno de las redes sociales es posterior a esta obra y si se escribiese hoy podría ser muy diferente, a pesar de que no han pasado ni cinco años. 

Opinión personal: aunque ya he ido colando demasiado mi punto de vista a lo largo del artículo, escribiré este párrafo por coherencia con los demás posts. La edad de la ira es una novela necesaria para comprender una parte del actual sistema educativo, no en vano el autor es profesor, y debería hacer reflexionar a los que tienen en sus manos las mentes del futuro y simplemente viven interesados en llegar a final de mes. Por no hablar de los responsables políticos que viven ajenos a la realidad y no pisan un centro escolar desde los años cincuenta. Renovarse o morir como las águilas, lo que está claro es que no se puede seguir jugando con el futuro de los demás, hay que aprender a motivar. ¿Por qué da tanto miedo enseñar a pensar?

1 comentario:

Almarqz dijo...

Quiero creer que este libro trata sobre la adolescencia y sus frustraciones y espero tenerlo pronto en mis manos. Enseñar a pensar a los jóvenes es impulsar su creatividad mas allá de lo controlable y ni al docnte ni al gobierno le conviene tratar con gente despierta mas allá del consumismo, no son líderes espirituales sino gobierno, implantadores del status quo. En cualquier país controlado por títeres de la economía.

PTB

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