El concierto de su vida

Quería hablar de un piano, esta es la excusa para la imagen de hoy, un capricho personal. Le robo un fotograma a Polanski para dedicar este artículo a alguien que lo sabrá cuando lo lea. La película de hoy es El Pianista.


Estaba solo en su habitación, sentado frente al piano. Ahí mostraba su dureza, sus exigencias, a la única persona que le debía algo era a él mismo. Ese era su concierto, su obra inacabada. Cuando estaba frente al público, cuando sabía que estaba siendo observado, era un hombre diferente, frágil, se atrevía a mostrar su alma. Era en la intimidad donde encerraba sus sentimientos bajo la tapa del piano. No podía negar su arte si alguien le escuchaba, necesitaba abrazarlo con sus melodías. El artista y el hombre chocaban frente a las teclas.

El telón se alzó y se escucharon los aplausos. Un foco iluminaba su butaca. Era su concierto. Salió al escenario, hizo la reverencia de protocolo al público y tomó asiento. Durante unos segundos se escuchó el silencio, todas las butacas estaban ocupadas y nadie se atrevía a respirar. Cuando sus manos tocaron la primera nota, él se olvido de todo lo que le rodeaba. Tocó para él mismo, tocó su concierto. Necesitaba conocer sus sentimientos y se dejó llevar por las emociones. No abrió los ojos en ningún momento, la partitura estaba escrita en su corazón.

La última nota desapareció, el público seguía en silencio, él no respiraba. Se apagó su foco, cayó el telón y rompieron los aplausos. Nunca se supo si él llegó a escucharlo, aquella noche decidió regalar su intimidad. Ese era el concierto de su vida.

1 comentario:

Juan Roures dijo...

Un artículo muy bonito. Seguro que a "ese alguien" le gusta. Saludos.

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